jueves, 30 de julio de 2009

El Viaje



EL VIAJE

AUTOR: ERIC HEART.-

Fue una fría mañana de Julio, cuando realizando el mismo viaje de todos los días entre Coronel y Concepción, casi una hora de viaje, agravada por los tacos y los paraderos cada vez más copiosos entre ambas ciudades por el crecimiento urbano y residencial de esta vía cada día mas apetecida para vivir por la cercanía a la urbe, pero por la tranquilidad y bella vegetación del lugar, además de la cercanía al mar que hace más placentera la vida en allí, pero que como siempre se dice la modernidad tiene sus costos y este es el tiempo de viaje entre ambas ciudades. Nada hacía presagiar que este día sería un día tan diferente que marcaría mi vida por la experiencia que felizmente o desgraciadamente me tocaría vivir.

El frío era tan intenso que al subir al bus me percaté que habían dos asientos desocupados y logrando apoderarme de uno de ellos me puse en una posición casi fetal, tratando de conciliar el sueño interrumpido solo para dirigirme a tomar este bus que me llevaría a mi trabajo diario y cotidiano, en la ciudad de Concepción, lugar que tantos habitantes de mi ciudad tenemos como lugar de trabajo, a pesar de tener industrias en Coronel. A unos pocos metros de distancia de haber subido y logrando reconciliarme con Morfeo, no sé si durmiendo o despierto siento un calor casi veraniego a mi lado que me hace pienso yo darme vuelta y en la misma posición anterior acercarme a este calor tan agradable como los rayos del sol en una playa de nuestra querida ciudad. Que calor pensaba o sentía en realidad era tan agradable que traspase el umbral de las etapas del sueño de manera que en un sueño profunde divisé al lado mío una mujer que en realidad no veía su cara pero que me hizo sentirme tan bien que dentro del sueño empecé a recorrer con mi vista y con mis sentidos haciéndome sentir cada vez más ese calor interno que hace mucho tiempo no sentía.

Su cabello era negro como el carbón emanado de la tierra y que en mi ciudad en algún tiempo fue tan famoso que hasta el día de hoy nos enorgullece y nos representa, este caía por su rostro haciendo resaltar aún más su piel, tan blanca como la leche y sus mejillas rozadas como una suave flor de primavera, tan tersa y brillante como una fruta madura, su cuello largo y hermoso terminaba en sus hombros casi trabajados por un escultor y tan perfectos que hacían relucir sus bellos brazos llenos y redondos que daban impulsos de acariciarlos y recorrerlos a besos. En un profundo escote tan pronunciado que pareciera estar viendo la cordillera desde los cielos, se abalanzaban dos bellos senos más blancos que la piel de su cara y que dejaban lucir dos marcas como de un hilo más oscura que hacían presumir que su corsé de baño era tan pequeño que quizás dejaban al descubierto casi todo como el mismo escote que estaba apreciando y que me tenía cada vez más cerca de l éxtasis además de terminar en unos hermosos pezones tan llenos e hinchados que traspasaban su blusa como dos cráteres de un hermoso volcán en erupción.

Seguir hacia abajo en su cuerpo era tan obvio y hermoso que cada vez más sentía que me acercaba y me sumía en el hermoso calor de ese cuerpo que me hacía subir mi nivel de respiración y sentir mis manos sudorosas y mis latidos como haciendo parecer que mi corazón de un momento a otro explotaría e una explosión mezcla de jugos y néctares emanados de la profundidad de mi cuerpo y que harían como nunca me había ocurrido quedar inundado por dentro y por fuera de esos líquidos casi hirviendo como la misma lava de un volcán.

En ese afán de encontrarme con todas sus cavidades y curvas, con sus llanuras y montañas, con sus mares y cordilleras, me acercaba cada vez más hacia ella e instintivamente aumentaban el movimiento del bus casi como si fuéramos por curvas cada vez mas pronunciadas y sinuosas y por baches cada vez más profundos que hacían seguir estos movimientos instintivos de mi cuerpo haciéndome ya no rozar su cuerpo si no que más bien hundirme en su hermoso mar.

Por un momento pensé que era yo solamente que sentía cada vez más el vaivén del camino y que mi cuerpo era el que aumentaba los movimientos pendulares hacia sumirme en su cuerpo sintiendo toda la fragancia de sus campos y flores como un gran jardín lleno de las flores más hermosas y olorosas jamás visto y sentido, pero logré ver su cuerpo balancearse hacia el mío como una serpiente subiendo a un árbol haciéndome sentir todas sus partes del cuerpo encima del mío a intervalos equidistantes y su fuego quemándome en diferentes zonas de mi cuerpo desde la punta de mi cabello hasta la punta de mis dedos de los pies.

Nuestra respiración, la de ambos iba cada vez más en aumento que hacían pasar de respiración a casi gemidos unísonos y discordantes como un concierto de flautas y nuestros corazones tan sonoros como el mismo concierto pero esta vez sintiendo los timbales a un ritmo cada vez mayor como un gran redoble de tambores ante el peligro del trapecio de un circo.

Nuestras manos se acercaban y se alejaban también a ritmos cada vez más fuertes, pasando desde sus manos, hasta sus curvas que me hacían quemarme con su calor placentero y fuerte.

En un momento siento un calor inmenso en mis labios como presintiendo que algo tan suave y caliente se me acercaba que instintivamente pensando que era un sorbo de café dulce y temperado hicieron abrir mis labios y sentir penetrar un temperado, mojado, dulce, y sabroso trozo de carne dentro de mi boca que hicieron sentir como paralizado todo mi cuerpo, pensando que mi corazón se salía o estallaba y que mis jugos salían a borbotones desde lo mas profundo de mi inundando todo su cuerpo haciendo más brillantes y hermosos todos sus rincones y curvas, luego de ello dos hermosos labios entre abiertos se abalanzan sobre los míos haciendo subir de intensidad mis movimientos bucales cada vez más fuertes e intensos pareciera que estoy entonando una canción dentro de una película sin sonido, pero además ella se encuentra cantando la misma melodía dulce y placentera como haciendo más profundo nuestro mutuo sueño, haciéndonos olvidar por un momento que íbamos en bus, pensando que ambos nos encontrábamos en una cama temperada y suave que albergaba nuestros cuerpos hirviendo y desnudos, juntos tan unidos como una misma persona casi como dos gemelos nacidos unidos por parte o por la totalidad de sus cuerpos.

Luego el éxtasis ambos en un grito casi desgarrador y unísono soltamos nuestros cuerpos quedando como dos ovillos de lana al viento simièndose hacia el lado que este los lleve sin ganas ni fuerzas para hacerle frente u oponer resistencia al vaivén ondulante de este. Nuestra respiración se interrumpe como un ahogo tan profundo que casi pensamos ambos que no íbamos a respirar y que por un momento estamos sumergidos en el agua sin poder hacer entrar aire en nuestros pulmones si no que agua que nos haría naufragar juntos t ahogarnos en el mar del amor mas profundo y hermoso jamás antes vivido por ninguno de los dos.

El calor era tan intenso que olvidándonos que estábamos en invierno y que el frío se apoderaba de todas las personas, hicieron que nos despojáramos de la ropa de abrigo que llevamos ambos y un movimiento casi de un valet ambos con los mismos ademanes nos despojábamos de todo lo que llevamos encima, pero casi sin fuerza como para poder hacerlo por si solo y sintiendo que ambos queríamos estrechar aún más nuestros cuerpos sin poder pensar que tendríamos que separarnos y seguir cada uno por su lado el ritmo de nuestras vidas por si solos.

Ese abrazo fue eterno y sin querer llegar a nuestros destinos nos hicimos uno nuevamente, pero esta vez con todo nuestro recorrido corporal, todo se tocaba desde el cabello hasta los pies estaban unidos en un solo ser con un calor tan enorme que todas las personas cercanas sentían el mismo calor.

De pronto sentí un movimiento repentino y haciéndome abrir mis ojos me encontré con la misma mujer que había visto en mis sueños pero idéntica desde la cabeza hasta los pies, y en la misma posición que habíamos creo yo soñado ambos, éramos uno en ese asiento del bus, que todas las personas que nos rodeaban y que podían vernos nos miraban de reojo sin querer que los demás se dieran cuenta que estaban mirándonos y que el calor que sentíamos también se había apoderado de cada uno de ellos.

Por primera vez creo en la psicosis colectiva y creo que todos los que nos rodeábamos sentíamos ese mismo calor haciéndonos transportarnos de estación del año, y pensando que estábamos en una playa cálida y sin brisa tan placentera como la posición en que estábamos.

Su cuerpo, sus manos, su cara, su cabello sus ojos, sus labios, en fin todo su ser era el m mismo que había visto en los sueños, su posición era también la misma y aún luego de estar despierto su movimiento corporal seguía siendo el que en este hermoso sueño había experimentado, ella no dejaba de moverse, esta vez con una sonrisa hermosa dejando ver sus labios y si dentadura blanca aún más que su piel y ojos.

Ambos teníamos esa misma sonrisa placentera y suave, que sin mirarnos era la misma expresión de alegría enorme por haber vivido una experiencia para ambos inolvidable y que luego de haber sido un sueño ambos estábamos juntos en este hermoso sueño y que sin mirarnos cada uno sentía lo que el otro.

De pronto ella despierta deja de sonreír y abruptamente se para, para ponerse su abrigo, bufanda, gorro, etc. ,, haciendo presumir que había llegado al fin de este hermoso viaje y que sin querer marcaría el resto de nuestras vidas llevando hasta la muerte la experiencia vivida, que solo ambos tendremos en nuestras mentes.

Ella se baja del bus y yo quedo solo, casi pensando en seguirla conversar con ella, pedirle su teléfono etc. , pero mis impulsos no me dejan moverme estoy casi petrificado y sin poder decir nada ni hacer nada me remito a seguirla con mi vista.

Unos varios metros más allá ella gira su cabeza y encontrándose con mi vista se sonríe haciéndome hacer el mismo gesto imitativo y cómplices de esa mirada sigue su camino el cual nunca más he podido saber, solo sé que ambos sin siquiera conversar sentimos lo mismo y ambos viviremos hasta la muerte y quizás más allá con ese recuerdo imborrable de esta experiencia vivida.

Presentación


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